CON EL CORAZÓN EN LA MANO

No sois gente mala. Simplemente estáis ciegos ante el presente, igual que nosotros estamos ciegos para el futuro. En el centro de internamiento para extranjeros me reía porque los guardias siempre repetían lo mimsmo: "el motivo por el que los africanos venís aqui es que no sois capaces de gobernar bien vuestros países". Yo les contaba que cerca de mi aldea había un río muy ancho y profundo, bajo cuyo lecho se escondían unas oscuras cavernas habitadas por peces muy pálicos y ciegos. Como no había luz en esas cuevas, tras mil generaciones, esas especies habían perdido la capacidad de ver. "¿Lo entendeís- les decía a los guardias-. Sin luz, ¿para qué sirve conservar la vista? Sin futuro, ¿de qué nos sirve un gobierno? En mi mundo, por mucho que lo intentemos, no valdría para nada. Podríamos contar con el mejor Ministro del almuerzo, o con un excelente Secretario General para los Plácidos Atardeceres. Pero cuando cae la oscuridad, ¿no os dais cuenta?, nuestro mundo desaparece. No podemos ver más allá del día de hoy, porque nos habeís quitado el mañana. Y a vosotros, como tenéis el mañana ante vuestros ojos, no os deja ver lo que está pasando hoy"

CON EL CORAZÓN EN LA MANO, Chris Cleave (pág 217-218)